Cómo pintar cerámica

Crear algo con las propias manos es una actividad que atrae a multitud de personas, que desean experimentar la sensación de realizar jarrones, ceniceros y vasijas. Todos ellos pueden convertirse en objetos de decoración si se pintan adecuadamente. Por eso, entre los aficionados a las manualidades en cerámica suele existir una inquietud acerca del modo en que han de pintarla para obtener un resultado que llame la atención. Con este tutorial sobre cómo pintar cerámica esas preguntas tendrán al fin respuesta.Cómo pintar cerámica

Para empezar el proceso comenzaremos por preparar la superficie de la pieza elegida, eliminando todo resto de suciedad que en ella se encuentre, y prestando especial atención a posibles restos de grasa. Para ello se puede utilizar una pequeña bayeta humedecida en agua jabonosa o un simple trapo de cocina si la pieza sólo tiene algo de polvo.

Realizado este paso pasaremos a dibujar el diseño que queremos reproducir sobre la pieza de cerámica. Para los principiantes es aconsejable empezar dibujando sobre un papel y luego trasladar los diseños a la superficie de la pieza con la ayuda de un papel de calco. Para estas primeras ocasiones, los diseños geométricos suelen presentar menos dificultad y son más fáciles de realizar.

En el caso de tener más experiencia en el campo de la pintura, entonces sí que se puede optar por diseños más elaborados y originales que pueden pintarse directamente a mano alzada con ayuda de un lápiz grueso que deje unos trazos bien marcados.

A la hora de elegir la pintura con la que decorar la pieza es muy importante recordar que ésta va a sufrir un proceso de horneado, por lo que no todas sirven a la hora de pintar cerámica. Lo mejor es decantarse por un producto específico para estos casos. El método más tradicional consiste en usar pintura en polvo diseñada para altas temperaturas que se diluye en aceite de copaiba o bien pinturas específicas para cerámica, que pueden encontrarse en muchas tiendas de manualidades y dan el mismo, o incluso mejor resultado, que el método anterior.

Para aplicar el pigmento se recomienda un pincel fino de buena calidad, pero a la hora de repasar bordes y líneas es aconsejable aparcar el pincel y decantarse por el plumín, que permite hacer trazos mucho más definidos, dando un mejor acabado a los detalles.

Si la cerámica aún no está del todo seca cuando empecemos a pintarla, entonces es posible pintar con engobes, que no resbalan por la superficie y se quedan fijos justo dónde se aplican.

Terminado el proceso de dar color llega el momento clave a la hora de pintar cerámica: el horneado. Y es que para que la pintura quede perfectamente fijada será necesario meter la pieza en un horno de alta temperatura (lo ideal es a 800 grados) durante 15 ò 20 minutos.

En caso de no poder contar con uno de estos hornos, tampoco hay inconveniente en usar el que tenemos en casa. Para ello sólo hay que añadir una última mano de barniz vitrificable que dé mayor dureza a la pieza y prolongar la cocción durante algo más de tiempo.

Finalmente sólo quedaría sacar el resultado de nuestro trabajo del horno y dejarlo reposar mientras se va enfriando poco a poco.

A través de este tutorial sobre cómo pintar cerámica habéis podido comprobar como con unos pocos materiales muy fáciles de conseguir, muchas ganas de pasarlo bien y algo de paciencia, es posible darle un toque totalmente diferente a vuestras manualidades de cerámica. Y es que, si la creación de objetos de cerámica produce una sensación muy gratificante, decorarlos y pintarlos permite llevar un paso más allá el orgullo creativo del autor.

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