La acuarela es una técnica que casi todo el mundo ha probado alguna vez en su vida. Debido a su aparente sencillez y al hecho de que resulta muy económica, casi todos los niños han hecho sus pinitos con las acuarelas. Sin embargo bajo este halo de cercanía se esconde una técnica compleja, que sólo unos pocos llegan a dominar con auténtica soltura y que requiere de muchísima práctica para empezar a conseguir unos resultados realmente sorprendentes.
Aún así la mayoría de los que se interesan en conocer algo mejor cómo pintar con acuarela lo suelen hacer movidos por la diversión y las ganas de aprender algún pequeño truco que les ayude a obtener mejores resultados. Y eso es justamente lo que vamos a hacer a continuación, daros unos consejos básicos para que comprendáis las bases que requiere la pintura con acuarelas.
Empezaremos por recalcar que no todas las superficies son válidas para pintar con acuarelas. Debido a sus especiales características, necesitaremos un lienzo grueso, que absorba el exceso de humedad sin perder consistencia. Por suerte, en cualquier papelería o tienda de manualidades encontraréis fácilmente material específico para pintar con acuarelas.
Por otro lado, una de las cosas más maravillosas de trabajar con acuarelas es que no es necesario devanarse los sesos a la hora de elegir el pincel apropiado. Un pincel básico es más que suficiente para comenzar, e incluso hay quien prefiere aplicar el color directamente con la yema de sus dedos.
Tanto si se usa el pincel como los dedos, es muy importante tener preparado un recipiente con agua limpia en el que vayamos limpiando nuestra herramienta de trabajo. La acuarela resulta muy sencilla de limpiar, pero de igual modo puede dejar rastros indeseados si no vamos cuidando adecuadamente el material.
A la hora de empezar a pintar hay que señalar que la acuarela es una técnica que requiere que tengamos muy claro a donde queremos llegar. Sobre todo para aquellos que no estén acostumbrados a esta técnica resulta recomendable hacer previamente algunas pruebas cambiando cantidades de pintura y agua para ver qué resultados dan sobre el papel. Sólo a través del ensayo y la práctica se puede llegar a dominar esta técnica.
Finalmente solo restaría dejar secar la obra de nuestro trabajo. Pensad que el papel usado como lienzo tiene mucha humedad que absorber así que hay que darle tiempo a que se aposenten los colores antes de hacer una valoración definitiva del resultado conseguido.
Si seguís estos consejos sobre cómo pintar con acuarela y les añadís un poco de constancia y paciencia seguro que obtendréis unos resultados fabulosos en poco tiempo.
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