Pintar ropa permite dar rienda suelta a nuestro espíritu creativo por medio de la creación de diseños únicos. Una forma muy divertida de darle un toque original a nuestro vestuario que, dependiendo de nuestras habilidades, puede llegar a ofrecer unos resultados absolutamente fantásticos. A la hora de explicar cómo pintar ropa hay que atender a los numerosos factores que es necesario tener en cuenta: el tipo de tejido, las pinturas, los pinceles,… Pequeños detalles que conviene conocer antes de poner a prueba nuestras capacidades como diseñadores de moda.
A la hora de pintar ropa es importante trabajar siempre sobre una superficie bien limpia. Por eso la preparación previa es básica para obtener un buen resultado. Antes incluso de realizar un diseño o comprar los materiales es mejor tomarse un poco de tiempo para lavar y planchar correctamente la prenda elegida.
Sobre los materiales necesarios para pintar ropa, señalar que en el mercado es posible encontrar una gran variedad de pinturas especiales diseñadas para este cometido, las cuales se muestran muy resistentes a los lavados una vez han secado.
En lugar del pincel, también existe la posibilidad de decantarse por rotuladores especiales para tela. La gran ventaja de estos sobre la pintura es que no necesitan calor para fijarse a la prenda, por lo que son una muy buena opción para pintar zapatillas o gorras.
Por el tejido de la prenda a pintar no hay que preocuparse demasiado, puesto que a día de hoy existen pinturas que resultan muy efectivas sobre prácticamente cualquiera: algodón, lana, lino, seda…
Aun así, no todas las telas son iguales a la hora de pintar sobre ellas. Los mejores materiales son aquellos tejidos de fibras naturales lavables, como por ejemplo las prendas de algodón 100%. Las compuestas por una mezcla de algodón con poliéster o rayón tampoco dan malos resultados.
El proceso en sí de cómo pintar ropa, no implica mayor dificultad. Comenzaremos por lavar la prenda elegida y plancharla. Es importante no usar ningún acondicionador durante el lavado, ya que estos agregan químicos al tejido y precisamente lo que se pretende es eliminar todo rastro de los mismos.
Una vez la prenda esté bien seca y sin arrugas se puede comenzar a pintar sobre ella con el método elegido, ya sea pintura o rotuladores, aunque es conveniente colocar algún trozo de cartón o papel en el interior de la prenda para evitar la posibilidad de que la pintura traspase hacia el otro lado.
Es una buena idea probar cómo queda el diseño elegido sobre un folio en lugar de lanzarse a pintar directamente sobre la ropa, ya que una vez iniciado el proceso no hay posibilidad de revertirlo si el resultado no nos convence.
Para los más novatos o aquellos que no confíen demasiado en sus habilidades con el pincel una buena opción es la de hacer, o comprar, una plantilla y usarla para delinear el diseño sobre la ropa.
Con independencia del método elegido, al terminar de pintar hay que prestar atención a si la pintura elegida necesita fijación mediante calor. Cada vez hay un mayor número de pinturas que hacen innecesario este paso , pero en caso de así sea, tocará seguir las instrucciones al respecto del fabricante .
Lo importante es que antes de lavar la prenda por primera vez nos aseguremos de que la pintura está totalmente seca. Nunca está de más ser prudentes en este punto.
Y ahora que ya sabéis cómo pintar ropa, toca dar rienda suelta a vuestra creatividad y poner en práctica estos pasos con unos vaqueros o una cazadora vieja. Es un buen entrenamiento y no pone en peligro vuestra ropa más especial.