Si tienes por casa alguna silla vieja a la que quieres cambiar de aspecto conocer los detalles relativos a cómo pintar sillas de madera te permitirá darles una nueva vida a esas sillas que parecían condenadas al basurero, y que después de pasar por tus manos podrás lucir con orgullo.
El trabajo de restauración comienza por reparar cualquier desperfecto que encontremos. Tener que encolar alguna pata suelta, reparar el respaldo o aplicar masilla en un rasguño profundo suele ser frecuente en sillas de madera que han tenido mucho uso.
Una vez la silla está en buen estado, lo siguiente será lijarla a conciencia. Éste es seguramente el paso más importante de todo el proceso. Es probable que haya que eliminar algunos restos de barniz o pintura, por lo que es mejor tomárselo con calma. Primero lo haremos con ayuda de una lija de grano grueso que elimine las impurezas más importantes y posteriormente con una de grano más fino para dar un acabado más limpio.
Después de lijar se repasará toda la superficie con un paño húmedo para que no queden restos de polvo que dificulten la impregnación de la pintura.
Con esta preparación la silla ya podría pintarse sin mayor inconveniente, pero para conseguir un resultado perfecto sería recomendable aplicar primero una capa de imprimación que ayudará a que la pintura luzca mucho mejor.
Si podéis dar primero una capa de imprimación, perfecto, si no, tampoco pasa nada por aplicar directamente la pintura de color sobre la silla. Eso sí, en cualquier caso lo conveniente es hacerlo con ayuda de una buena brocha y siguiendo la veta de la madera siempre que sea posible.
Para conseguir el mejor resultado, seguramente haya que dar al menos dos capas de pintura. Es básico respetar los tiempos de secado entre capa y capa. Y por supuesto, no hay que olvidarse de proteger el suelo sobre el que pintemos la silla.
Si se puede contar con la ayuda de una pistola para aplicar la pintura, el acabado sería muchísimo mejor, ya que de este modo se consigue que presente un aspecto final mucho más uniforme.
Finalmente, tras aplicar la pintura, sólo restaría dejarla secar el tiempo que marque el fabricante.
Saber cómo pintar sillas de madera os permitirá dar un nuevo uso a esas sillas viejas que ya pensábamos que no volveríamos a utilizar más. Muchas veces, este tipo de soluciones caseras son perfectas para amueblar casas de campo, segundas residencias o casas de alquiler.