Saber cómo pintar sobre vidrio es una de las técnicas pictóricas que más esfuerzo requieren para ser dominadas completamente. Detrás de la pregunta de cómo pintar sobre vidrio se esconde un proceso complejo, con múltiples pasos que hay que respetar si se quiere obtener una pieza con un buen acabado.
El primero de estos pasos es el referente a la preparación de la pieza y los materiales. Resulta básico comprobar las características de la pintura que vamos a utilizar. Concretamente hay cuatro puntos que tenemos que tener muy presentes: color, durabilidad, transparencia y facilidad de aplicación.
No es conveniente escatimar en el precio de las pinturas. Cuando pintamos sobre vidrio la calidad de los materiales utilizados se nota mucho más que de costumbre. Una pintura de gama alta nos dará una mejor adherencia, un brillo mucho más intenso y por supuesto, tardará más en empezar a sufrir desperfectos.
Una vez claro este punto, pasamos a preparar la pieza de vidrio. Debemos limpiarla a fondo, eliminando cualquier resto de grasa o polvo que dificulte el agarre de la pintura. Un paño con un poco de alcohol es lo mejor, aunque también se puede usar una solución jabonosa que luego se aclarará con agua limpia.
Terminada la preparación toca pintar. Empezamos dibujando el diseño con un delineador. Se puede hacer a pulso, aunque lo ideal es trabajar con una plantilla. En caso de no tener un delineador a mano, un rotulador permanente también ofrece buen resultado.
Finalizado el diseño es hora de aplicar la pintura. Para ello utilizaremos una pipeta y trabajaremos por secciones, ayudándonos de un pincel. El delineador funciona como barrera así que no hay que tener miedo a salirse de la línea. Si hemos pintado la pieza de un solo color es muy recomendable pasar una esponja al final, ya que ayudará a dar uniformidad a la superficie.
El paso fundamental en el proceso de pintar sobre vidrio es el horneado. Si queremos fijar perfectamente el pigmento este paso es ineludible. A largo plazo las diferencias en la conservación entre una pieza que se haya horneado y otra que no serán muy significativas.
Normalmente el tiempo y temperatura de horneado suelen venir marcados por el mismo fabricante de pinturas, aunque como norma general el vidrio suele hornearse a 150 grados durante unos 30 minutos. Hecho esto, sólo quedaría sacar la pieza del horno y dejarla enfriar.
Siguiendo los pasos de esta guía sobre cómo pintar sobre vidrio, no hay mayor dificultad para obtener buenos resultados.