Desde que Van Gogh los inmortalizase en una de sus más celebradas obras, los girasoles se han convertido en un tema recurrente para muchos pintores. Si tú también quieres tratar de representar esta planta, hoy te vamos a presentar una pequeña guía en la que paso a paso aprenderás cómo pintar girasoles de forma fácil y sencilla.
Nos situamos ante el lienzo y con un lápiz de carboncillo dibujamos un círculo que será el centro de nuestra flor. Alrededor vamos añadiendo las hojas siempre teniendo en cuenta la perspectiva y algunas sombras con el carboncillo para ir haciéndonos a la idea de cómo quedaría nuestro girasol y si queremos modificar algo.
Terminada de dibujar la flor pasamos al fondo. Para ello usaremos varios tonos de verde, añadiendo ocre para las zonas más claras y azul para las oscuras. Por contraste y para mejorar la composición, el fondo será más oscuro cerca de los pétalos y más claro en la zona de abajo alrededor del tallo y las hojas.
Con un pincel grueso vamos añadiendo color. Lo importante es darle movimiento, mezclando los diversos tonos pero sin brusquedades. Resulta recomendable pasar la espátula al final para darle un mejor acabado al fondo.
A partir de aquí comenzamos a pintar el girasol en sí, comenzando por el mismo centro de la flor. Aprovechamos el verde claro que usamos antes mezclándolo con un poco de amarillo y tierra rosa. El carboncillo que hemos usado durante el dibujo nos ayudará a darle oscuridad al centro y le hará ganar volumen. En cualquier caso, podemos aclarar nuestra mezcla de colores con más amarillo para darle luminosidad a uno de los lados, mientras que añadiendo más tierra rosa oscureceremos el otro.
Para los pétalos usaremos varios tonos de amarillo, añadiendo blanco o tierra rosa para jugar con luces y sombras.
Con largas pinceladas iremos definiendo los pétalos. Se puede trabajar de uno en uno o hacer todos a la vez y luego ir oscureciéndolos o aclarándolos poco a poco. Para dotarlos de movimiento daremos pequeñas pinceladas curvas en el centro del pétalo con un amarillo claro.
Finalmente, terminaríamos nuestro girasol pintando el tallo y las hojas. Para ello haremos un verde apagado, claramente diferente al color del centro. De un solo trazo perfilamos las hojas y luego las vamos rellenando. Con un poco de verde oscuro añadimos las sombras en la parte superior de las hojas y pasamos a pintar el tallo con este mismo tono de verde y el mismo proceder.
Cómo pintar girasoles ya no será un secreto para ti una vez hayas seguido estas indicaciones.