Una simple capa de pintura es muchas veces la solución para dar nuevos aires a esos muebles viejos de los que ya estás aburrido o que no tienen la mejor apariencia. Pero no todo el mundo sabe cómo pintar un mueble o no se atreve a pintarlo por temor a que el resultado no sea bueno. Siguiendo los pasos que leerás a continuación eso no será un problema
El procedimiento estándar de cómo pintar un mueble sigue más o menos los mismos pasos con independencia de la superficie del mismo, ya sea éste de madera, melanina o cualquier otro material industrial.
¿Cómo pintar un mueble?
El primer paso será preparar la superficie para que la pintura adhiera mejor. Empezaremos retirando tiradores y pomos para a continuación pasar suavemente una lija de grano medio por todo el mueble retirando impurezas. Al terminar retiraremos el polvo con un paño húmedo.
Una vez seco el mueble aplicaremos una base de imprimación válida para diferentes superficies (si vamos a pintar encima de otra pintura es imprescindible). Dejaremos secar el tiempo indicado por el fabricante y seguidamente volveremos a pasar la lija de grano medio por toda la superficie, retirando finalmente la suciedad con un paño húmedo.
Para aplicar la pintura (la mejor opción suele ser la pintura acrílica) lo mejor es usar una brocha de buena calidad o un pequeño rodillo. Si la opción elegida es la de la brocha, entonces lo habitual es usar una de 7,5 centímetros, combinándola con otra de 2,5 centímetros para rematar los detalles. Lo habitual es dar al menos 2 ó 3 manos para que la pintura se adhiera de manera uniforme por toda la superficie.
Un pequeño truco para conseguir un mejor acabado es que cuando hayamos terminado de pintar pasemos una lija muy fina por toda la superficie. Frotaremos muy suavemente y finalmente retiraremos el polvo con un paño húmedo.
Sin embargo, hay una alternativa que últimamente está ganando adeptos gracias a su sencillez. Se trata de utilizar pintura a la tiza, un tipo de pintura para cuya aplicación no es necesario lijar, decapar ni dar una base de imprimación. Además el acabado es más que bueno tanto en muebles de interior como de exterior, consiguiendo un color mate y una superficie de tacto sedoso que da a los muebles un toque vintage muy característico.
La pintura a la tiza es una pintura acrílica al agua, por lo que se limpia muy fácilmente, puede aplicarse en lugares con poca ventilación y es apta para cualquier tipo de superficie (madera, melamina, metal, tela, madera barnizada,…)
En cuanto a su uso, resulta muy sencillo. Como hemos dicho no hace falta una preparación especial del mueble. Basta con limpiar la superficie con un paño húmedo para eliminar la suciedad y ya se puede empezar a pintar.
La pintura a la tiza puede aplicarse con brocha o rodillo. Se trata de una pintura densa, pero no hay porqué mezclarla con agua. Sólo en caso de muebles hechos con muchas fibras como los de coco o mimbre puede ser interesarte diluirla un poco para facilitar que la pintura impregne toda la superficie.
Eso sí, para conseguir el acabado perfecto, una vez hayamos terminado de pintar y el mueble esté seco, resulta aconsejable aplicar una cera protectora para sellar la pieza y protegerla frente al desgaste del uso diario.
Ahora ya sabeis cómo pintar un mueble de dos maneras diferentes, con pintura acrílica o con pintura a la tiza. Tanto si os decantáis por un método como por el otro, el resultado será genial si seguís los consejos aquí expuestos.