La piel es un material muy sensible que requiere ser tratado de forma especial. Por eso, a la hora de explicar cómo pintar zapatos de piel es fundamental señalar que resulta imprescindible tener claro qué se quiere conseguir con ello, ya que no es lo mismo reparar el color original que cambiarlos de color.
El primer caso será mucho más sencillo, puesto que un repigmentado no tiene mayores complicaciones, ya que existen numerosísimos productos en el mercado diseñados específicamente a tal efecto que garantizan un resultado óptimo. Los tintes reparadores son muy sencillos de aplicar y permiten recuperar el tono original de nuestros zapatos a la vez que dan nuevo vigor a la piel.
Cada producto suele tener unas instrucciones detalladas en las que se especifica cómo aplicarlo de forma correcta, aunque por lo general siempre suele consistir en desengrasar a fondo el calzado para después aplicar el tinte con ayuda de un paño respetando los tiempos de secado.
Sin embargo, cuando lo que se quiere es cambiar el color de unos zapatos de piel, el proceso de teñido resulta mucho más complejo.
Es fundamental para conseguir un teñido perfecto la perfecta limpieza de la piel antes de aplicar el tinte. Por ello hay que prestar especial atención a este paso. Con ayuda de un estropajo mojado con acondicionador para pieles se frotará el zapato hasta eliminar las impurezas y abrir los poros de la piel, lo cual facilita que el tinte se impregne mejor.
Hecho esto, comenzaremos a aplicar el tinte por las zonas de más difícil acceso (por ejemplo, la juntura entre piel y suela). Para ello lo ideal es ayudarse de un pequeño pincel que permita trabajar con cantidades pequeñas de tinte.
Para el resto de la superficie aplicaremos el tinte usando una esponja impregnada ligeramente, haciendo suaves movimientos circulares, siempre en capas muy finas.
Aplicada la primera capa se dejará secar y se repetirá el proceso en una segunda capa e incluso una tercera si fuera necesario. En el caso de detectar que hay alguna zona más escasa de color, puede remediarse dando pequeños golpecitos con la esponja hasta igualarla.
Después de aplicar el tinte habrá que dejar secar durante al menos 12 horas para obtener un resultado óptimo. Si se ha hecho de forma correcta, la piel debe quedar suave y la pintura firmemente impregnada.
Ahora que ya sabéis cómo pintar zapatos de piel no os queda más que ponerlo en práctica.