A priori, la tarea de pintar metal puede parecer complicada, pero si se siguen ciertos pasos no lo es en absoluto. De hecho el metal es mucho más fácil de pintar que la madera, pues requiere una preparación menor. Para saber exactamente en qué consiste el proceso, aquí va una pequeña guía sobre cómo pintar metal para conseguir los mejores resultados posibles.
Empezaremos por prestar un especial cuidado en la limpieza y preparación de la pieza, eliminando la grasa de la superficie, así como los restos de pintura sueltos y cualquier otro residuo.
La limpieza debe realizarse en profundidad, incluso aunque parezca que no es necesaria, pues hay aceites que no se aprecian a simple vista y que pueden dificultar el agarre de la pintura.
Si se da el caso de que la pieza está oxidada, habrá que proceder a darle una buena pasada con una lija especial para metales. No hay que tener miedo a frotar con fuerza, puesto que cuanto más se frote el metal mejor se adherirá la pintura. Por supuesto, una vez terminado este paso, limpiaremos nuevamente para retirar el polvo generado.
Hecho esto llega el momento de elegir la pintura y el tapaporos, que deben ser compatibles. Además, también conviene fijarse en los tiempos de secado para saber cuánto puede demorarse el trabajo.
Una vez tenemos los productos preparados, comenzamos por aplicar la primera capa selladora. En caso de que el metal esté muy oxidado, lo mejor es que el tapaporos sea de zinc-cromado, pues ofrece un mejor resultado.
A continuación se procede a dar una segunda mano de selladora. La razón de esta segunda capa es que el metal es propenso a oxidarse y de esta manera estamos reforzando la protección contra los efectos del tiempo.
Dejaremos secar el tiempo indicado por el fabricante y una vez esté todo correcto será el momento de aplicar la pintura final. Puede hacerse tanto con pintura en espray como empleando brocha o rodillo, pero en cualquier caso lo más recomendable será usar una pintura acrílica de látex, la cual seguramente nos exigirá dar una segunda mano para completar nuestro trabajo.
Si querías saber cómo pintar metal, habrás podido comprobar que el proceso no tiene más complicación que ser escrupuloso y concienzudo en la realización de todos y cada uno de los pasos. De este modo, el metal no sufrirá alteraciones con el paso del tiempo ni la pintura se verá afectada.