Una de las formas más alegres y festivas de disfrazarse o prepararse para una celebración es pintarse la cara. Ya sean carnavales, una fiesta de cumpleaños, o cualquier otro motivo el que te impulse a hacerlo, pintar la cara de los niños, de otros adultos, o la tuya propia -¿por qué no? – es una manera especial de crear un ambiente divertido. Pero claro, no todo el mundo sabe hacerlo. Así que hoy te vamos a dar las indicaciones necesarias para que sepas cómo pintar la cara y puedas divertirte tú también.
Cómo pintar la cara
Lo primero es hacer acopio de todo el material que se va a utilizar, y que consistirá en un conjunto de pinceles de distinto grosor, forma y tamaño, lápices de ojos, esponjitas de maquillaje, barras de labios, cremas, y pinturas especiales. Dependiendo del grado de sofisticación que se le quiera dar al trabajo, a esto se le pueden añadir vaselina y purpurina si se quiere dar un toque de fantasía.
A continuación, y antes de comenzar a trabajar, hay que hacer mención de dos medidas de precaución muy importantes. Una es que quien vaya a ser objeto del trabajo de pintura, lleve ya puesta la ropa con la que saldrá a la calle. No hay nada peor que ver que todo tu esfuerzo y trabajo cae por tierra porque al cambiarse de camiseta toda la pintura se corre.
La segunda es relativa a las posibles alergias. Estos productos pueden causar reacciones inesperadas en personas que padezcan alergia a alguno de sus componentes, por lo que antes de aplicar ningún producto en la cara habrá que hacer una pequeña prueba en la muñeca y esperar unos minutos a ver si se produce reacción.
Con nuestro material listo y tomando estas medidas de precaución, ya estamos preparados para comenzar a pintar la cara.
Comienza por aplicar una crema o base de maquillaje por toda la superficie de la cara, párpados y cejas incluidos. De esta forma tenemos libertad total para modificar los rasgos a nuestro gusto.
Si vas a emplear varios colores a la vez, prepara una esponjilla para cada color, y cuando la apliques hazlo de forma suave. No pongas una cantidad demasiado cargada de producto en la esponja para evitar que se agriete al ser muy gruesa la capa. Es mejor poner un poquito de pintura cada vez en ella y dar varias capas hasta que tome consistencia.
Una vez seca la pintura sobre la cara es cuando comienzas a pintar los rasgos que quieras darle. Puedes hacerlo con un pincel. Añadir color es más fácil que quitarlo, así que lo recomendable es hacerlo poco a poco.
Lo que no es recomendable en este punto es improvisar. A la hora de dibujar sobre la base de pintura aplicada en la cara ya debes saber muy bien qué pretendes lograr. Para ello lo recomendable es que desde un principio hayas hecho un boceto en papel, de manera que en todo momento tengas claro cuál es el siguiente paso para conseguir el rostro pintado en que has pensado.
Las opciones son inacabables: puedes pintar la cara con los colores de tu país, puedes dibujar rostros de animales, de personajes, o incluso puedes pintar la cara de fantasía, echando mano de tu creatividad.
Si optas por ésta última opción, la vaselina y la brillantina te serán de mucha ayuda para lograr un efecto “metálico”.
Pero tan importante como pintar la cara es saber el modo en que retirar la pintura. Es evidente que no queremos ir de esa guisa más allá de aquel momento festivo, así que lo ideal es que te pases por una tienda de productos de carnaval y te hagas con productos específicos para ello. Si no puedes, también puede servirte una crema desmaquilladora bastante densa. No olvides que hemos aplicado varias capas de base y pintura, por lo que no será tan sencillo como lavarse la cara y listo.
Ahora que ya sabes cómo pintar la cara, puedes ir pensando en qué próximo acontecimiento vas a poner en práctica tu recién adquirida habilidad. ¿Un cumpleaños? ¿Un partido de la selección? ¿Halloween?. Elijas el que elijas te aseguro que disfrutarás del proceso tanto como del resultado final.