Pintar un paisaje es una de las prácticas pictóricas más reconfortantes que existen. Una magnífica forma de atrapar el entorno que nos rodea, realizando una obra fruto de la relajación y la tranquilidad.
Sin embargo, al dar los primeros pasos en el mundo de la pintura, la falta de formación puede llevar a que pintar un paisaje nos resulte algo frustrante, llegando al punto de que termine por desanimarnos a seguir practicando. Para evitar que pueda llegar a darse esta circunstancia, hoy os traemos unos cuantos consejos que ayudarán a dominar la técnica de cómo pintar un paisaje.
1. El paisaje.
Es muy recomendable empezar pintando una imagen que nos sea familiar. Un paisaje que hayamos visto muchas veces y del que conozcamos todos los detalles. Además, será mucho mejor si carece de formas geométricas complejas. Una casa en la montaña, un puente medieval o una iglesia pueden ser proyectos muy asequibles por los que comenzar.
2. Los bocetos.
Antes de pintar hay que crear previamente unos bocetos. Practicaremos sobre el papel para mejorar nuestra técnica y una vez conseguido un resultado satisfactorio eserá el momento de pasar al lienzo.
3. La profundidad.
A la hora de pintar un paisaje la profundidad es uno de los puntos a los que más atención debemos prestar. Las figuras del fondo deben presentar matices ligeros y colores no muy llamativos. Y si estamos pintando un paisaje montañoso, los picos del fondo deberán estar ligeramente difuminados o degradados. En caso de pintar con óleo deberemos integrar los colores suavemente, pudiendo incluso ayudarnos con el dedo si lo creemos necesario.
4. Los colores
Fundamental: siempre empezaremos aplicando los colores cálidos para posteriormente ir usando tonalidades cada vez más frías. Para las sombras no hay que usar negro, sino que deberemos aplicar una tonalidad más sombría del color que estemos oscureciendo. Trabaja con un círculo cromático en mente que te permita equilibrar la luminosidad.
5. Reflejos y transparencias.
Pintores algo más avanzados, pueden intentar plasmar reflejos y transparencias como los de los cristales o el agua. En este caso, lo mejor es trabajar con una buena gama de blancos y grises, sobre todo en caso de elementos transparentes.
Estos cinco puntos son los esenciales a la hora de dominar la técnica de cómo pintar un paisaje. Para lograrlo se necesita práctica y perseverancia, pero dedicándole el tiempo necesario, tú mismo te sorprenderás de los resultados obtenidos.
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