¿Tienes una moto y quieres que quede espectacular? Pues pintarla puede ser una solución para que luzca como nueva. Y a pesar de que creas que necesitas llevarla a un taller porque tú no sabes cómo pintar una moto, ya verás como si lo intentas siguiendo las instrucciones que vamos a darte aquí, puedes conseguirlo y sentirte orgulloso.
Lo primero que tienes que hacer es desmontarla por completo, o al menos, en el mayor número de piezas posible. Esto te llevará su tiempo, pero es necesario para limpiar las piezas y prepararlas debidamente.
Dependiendo de si la pintura actual está o no en buen estado, habrá que eliminarla. Si la pintura está vieja o deteriorada hay que decapar, ya sea con un producto químico específico para dicha tarea o bien raspando la pintura, si bien esto puede dejar marcas indeseables.
Si optas por un producto decapante, asegúrate al finalizar de lavar bien cada pieza con agua o disolvente. En cualquier caso, consulta siempre las instrucciones al respecto que proporcione el producto que adquieres.
Si no está en mal estado, y tan sólo deseas cambiar el color de tu moto, bastará con que lijes las piezas para que la nueva pintura agarre bien.
En el caso de que al eliminar la pintura detectes que hay grietas o irregularidades, hay que aplicar masilla y lijar, para que la superficie quede totalmente regular
Después de remover la pintura antigua, y en su caso, masillar y lijar, hay que hacer una limpieza exhaustiva y eliminar cualquier resto, para lo cual primero pasaremos un trapo para eliminar el polvo, y después repetiremos la operación con otro trapo impregnado en acetona, que nos ayudará a acabar con los restos de óxido que puedan quedar.
Como el objetivo es que no quede grasa alguna ni otro material que impida que la pintura agarre, una vez repetida la operación de pasar el trapo con acetona varias veces, habrá que manejar las piezas con guantes para evitar que las marcas de los dedos queden en ellas.
En este punto, ya estaremos listos para aplicar la base de imprimación.
Gracias a la imprimación, vamos a asegurarnos de que no va a aparecer óxido y de que la pintura con la que vamos a pintar la moto va a fijarse correctamente. Es por tanto un paso ineludible y que resulta de gran importancia de cara a obtener el mejor resultado posible.
Tendremos que hacernos con una pintura de imprimación específica para el material con el que vamos a trabajar. Hay imprimación para acero, para aluminio, e incluso para plástico. Si no tienes muy claro cuál debes elegir, pásate por una tienda de pinturas y llévales algunas piezas de la moto para que te indiquen la más adecuada.
La pintura de imprimación es conveniente aplicarla en spray, mediante capas finas y ligeras. Después de varias capas, debe apreciarse una capa uniforme, aunque es posible que hayan quedado algunas zonas con gotas acumuladas. De ser así, hay que esperar a que seque, lijarlas con una lija de agua, y aplicar una nueva capa de imprimación.
Han pasado 24 horas desde el momento en que aplicaste la imprimación y llega la hora de pintar con el color que hayas elegido para tu moto.
Con respecto al tipo de pintura a utilizar, simplemente hay que asegurarse de que sea compatible con la base imprimante que hemos dado, por lo demás, hay una amplia gama para elegir: brillo, mate, con reflejos dorados, con reflejos metálicos…
En la misma tienda de pintura os podrán asesorar al respecto, pero la última palabra la tienes tú y tus preferencias. Nadie mejor que tú mismo sabe qué aspecto quieres que tenga tu máquina.
Si no dispones de pistola, o si no te ves capacitado para manejarla, lo mejor es comprar la pintura en spray. Necesitarás varias boquillas, no sólo porque algunas pueden estropearse, sino porque unas son más abiertas que otras y por tanto dejan salir un chorro más generoso o más fino.
Lo mejor es empezar por aquellas zonas o piezas más problemáticas, y hacerlo siempre según ya hemos explicado anteriormente, con capas finas.
Para que la pintura quede uniforme hay, además, que agitar continuamente el spray, y una vez se han dado 4 o 5 capas de este tipo, la pieza quedará perfecta. Aunque eso sí, habrá que ir pieza a pieza pintando y dejando secar, ya que hasta que no esté seca la pintura de una capa no hay que aplicar la siguiente.
Con todas las piezas pintadas y secas, puedes darle un acabado final a base de algún producto especial para pulir pinturas o un barniz de acabado, que van a hacer que tu moto brille como si fuera recién salida del concesionario.
Ahora que ya sabes cómo pintar una moto, y puedes hacerlo en casa. ¿Te atreves a intentarlo?